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sábado, 9 de octubre de 2021

EL CUADRO DEL COMEDOR

Estuvo colgado de la pared del comedor, siempre. Y nunca tuvo importancia. Era como las galletas del desayuno, el plátano de la merienda o la tortillita francesa de la cena. Estaba tan unido a sus infancias que cuando murieron los padres y le tocó en el lote número dos no supo muy bien qué hacer con él.

No es feo, pero tampoco bonito. Original sí. Las pinceladas a espátula le dan un aire de modernez sesentera. Trazos firmes de quien sabe del oficio, aunque el suyo era otro y –según le contó su padre– ilegal, por eso lo había pintado en los talleres de la cárcel de Alcalá.

Está en el salón y cuando alguna vez lo mira, no puede evitar entrecerrar los ojos y escuchar la voz del padre contando esa batallita a la que nunca prestó atención y que, ahora, añora hasta hacer que las lágrimas acudan a sus ojos.

lunes, 9 de mayo de 2016

CONCIENCIA DE CLASE

Nos vendieron que podíamos ser banqueros, propietarios, jugadores de bolsa, inversores… Y nos lo tragamos.

Jugaron con los ahorros de nuestros padres, con nuestras futuras jubilaciones, con el Euribor más el 1%, qué chollo, pero si es más caro alquilar que comprar... además una casita con jardincito en las afueras se revalorizará por los siglos de los siglos… Amén...

Y luego vino lo de que “si todos son iguales, yo no voto” o “por lo menos que me roben los míos”…

Y la semana de ocho horas, la indemnización por despido, el poder tener una cuenta corriente a tu nombre siendo mujer, que eso es otra… todos esos derechos conseguidos a fuerza de huelgas y muertos, que pensábamos que como eran adquiridos nadie nos los iba a quitar…

Nos creímos banqueros, propietarios, inversores, navegantes, conductores de coches de lujo… y perdimos la conciencia de clase.

Porque, y no nos engañemos, somos trabajadores, obreros, asalariados, operarios, proletarios... Y nos están comiendo los hígados, enriqueciéndose a nuestra costa y dejándonos con el culo al aire.


Pero total… si son todos iguales.


lunes, 7 de marzo de 2016

DEBORAHLIBROS




Mi madre siempre me dijo que no hablase con extraños. Y hasta en eso se equivocaba, la pobre.

Este fin de semana, por fin, he conocido a mi “amiga virtual”.
Había ganas.
Katixa me descubrió por un “tuit cabreado”, como ella misma escribe en su blog. Un blog donde reseña lo que quiere y le gusta, porque es libre como el sol cuando amanece y –claro- ya solo por eso nos teníamos que llevar bien.

Pero es que ahora ha abierto una librería en Pamplona.
¡Una librería!
Y lo primero que hizo fue encargarme unos cuantos libricos que va y vende. Y cuando graban un vídeo para una televisión navarra salen “las Yeserías” de fondo. Y una, que por no tener ya no tiene ni edad de merecer (ya sé que lo decía Sabina) se esponja y le manda el enlace a familiares y amigos, ¿lo veis? Pero nadie es profeta en su tierra.

DEBORAHLIBROS es su librería. Cuando os paséis por Pamplona debéis visitarla (luego ya os vais de pintxos por San Nicolás y Estafeta), porque Katixa es librera de las de verdad. De las que saben de lo que hablan, venden y recomiendan. De las que han leído todo lo leíble e incluso lo infumable, pero ella va y lo dice. No se vende, no utiliza su blog para hacer de community manager de editoriales grandes o poderosas, para bailar el agua o para que le regalen ejemplares por “la face”. Porque puede y quiere. Y a mí me encanta. Y deberíais ver cómo coge un libro, con mimo, cómo lo toca, cómo lo coloca en su estantería… Eso es amor.

Y cuando la vi me recordó a mi Elena Ayllón (la protagonista de mi segunda novela), que también tiene una librería, Penny Lane, en el barrio de Malasaña.
Y que conste que cuando lo escribí ni conocía a Katixa personalmente, ni tenía ni puñetera idea de que iba a abrir DEBORAHLIBROS. 

Cosas veredes…

martes, 5 de enero de 2016

PENNY LANE


Te pones a escribir y, aunque no quieras, aunque intentes por todos los medios que no sea así, se te escapa algo, te retratas.
Elena Ayllón tenía una librería en el barrio de Malasaña. Y Jimena García de la Fuente un bar de copas y sala de conciertos en el de Prosperidad.
Y las dos se plantean sus negocios como una extensión de ellas mismas, pretenden hacer, contratar y vender lo que a ellas les gustaría ver, comprar o escuchar.
Y, por supuesto, no se hacen ricas, que es que tampoco hacía falta.
Y, por supuesto, yo me muero de envidia.

El pasado 16 de diciembre Katixa abrió su librería en Pamplona.
Se llama, como su "alter ego", DEBORAHLIBROS y, por supuesto que yo muero... de felicidad y también, pero solo un poquito, de envidia.

(Nena, he pillado una foto tuya del Face, espero que se pueda.)

lunes, 27 de abril de 2015

DIEZ COSAS QUE NO DEBES HACER EN FACEBOOK

Cuando lo leí, yo, evidentemente, incumplía las diez normas sagradas. Las redes sociales, por definición, no son otra cosa que un enaltecimiento del ego, que como concepto está bien, lo malo es cuando alcanza límites similares a los cojones de Kin-Kong, entonces es cuando hay que mirárselo.

¿Pero qué tiene de malo poner en un página que es tuya, solo tuya y de nadie más, una foto de perfil de hace diez años, un retrato de tu gato, perro, conejo o niño en edad de guardería? ¿Por qué ese afán de dirigirlo todo? ¿Porque si no te bloquean, rechazan o incluso reportan de tu comportamiento indigno de una señorita? Porque sí... Facebook está lleno de chivatos, acusicas, que en cuanto ven teta o pelo de coño se alteran y mandan quejas, no sé muy bien a qué o quién, pero lo hacen, doy fe... ¡Pues que se piren!  Porque se supone que en las redes sociales quien más quien menos sabe algo de tí, ha mirado tu perfil o te conoce, por ese motivo pide tu amistad. Una servidora, que come de todo, incluye a casi todo el mundo. Y digo casi porque los dos últimos me salieron rana. ¡Niñas huid de machotes que en su biografía lo único que hacen es cambiar su foto de perfil! Y si hay alguna en calzoncillos o pegando tiritos en Kabul ¡Escondeos!

miércoles, 18 de febrero de 2015

MI NIÑO CHIQUITO


Me ha nacido un niño
y la casa,
de repente,
sin sentirlo,
se me ha llenado de lirios.

Me ha nacido un niño
y en los troncos que se queman,
alocadas,
se han levantado las llamas,
para ver más cerca,
su linda cara,
mientras bailan
y, en silencio,
le cantan una nana.

Me ha nacido un niño
y en la puerta de mi casa
ha llamado
una primavera adelantada.

Los amigos,
inconscientes,
dicen que me he vuelto loco,
de repente.

Es la locura bendita
que me regala mi niño,
mitad rosa, mitad lirio.

Miguel Villalba Herrero
18 de febrero de 1964

viernes, 13 de febrero de 2015

YO FUI ALUMNA DE RICARDO SENABRE

http://www.elcultural.es/noticias/letras/Ricardo-Senabre-la-critica-como-ensenanza/7370

En los ochenta comencé a estudiar en la universidad. Lo hice porque necesitaba una titulación para preparar unas oposiciones que jamás logré aprobar. Y me matriculé en Filología Inglesa porque ese idioma era fundamental para superarlas. El hecho de que la Facultad estuviese muy cerca de la casa en la que —entonces— vivía mi familia, fue fundamental.

Me aburrí como una mona. El nivel que yo creía que debería tener la población universitaria (y más en una carrera de letras) dejaba mucho que desear, había mucho analfabeto funcional y las clases de inglés —que eran las únicas que me interesaban— eran bastante más básicas de lo esperado. Lo único que me gustaba era que ahora podía leer “novelitas” (como decía mi padre) sin tener que esconderme en época de exámenes, porque eran obligatorias.

jueves, 11 de diciembre de 2014

OBEDECEDERÁS A TU PADRE Y A TU MADRE

Toda su vida había obedecido. De niña sus padres le decían que hiciese lo que se esperaba de ella. Fue buena y obediente. Nunca rechistó, tampoco se le ocurrió llevar la contraria y jamás se planteó que hubiese otra forma de actuar, de vivir o de enfrentar la vida.

Durante toda su existencia había oído decir a su padre que los niños estaban para obedecer y hacer los recados. Y ella, que era la única chica de cuatro hermanos, además, tenía que ayudar a su madre en casa. Antes de ir al colegio dejaba su habitación recogida y la cama perfecta. Sus hermanos no. A mediodía ella ponía y quitaba la mesa, enjuagaba los platos que su madre había enjabonado y los secaban a medias, mientras su padre y sus hermanos miraban el telediario.

Se hizo novia del hijo del cerrajero y se casaron cuando él volvió de la mili. Ninguno de los dos había estudiado más de lo básico y marcharon a vivir a casa del padre, que era viudo. Manolo trabajaba con él y ella limpiaba por horas.
Tuvieron tres niñas. Y ella siguió obedeciendo al marido, al suegro, a sus padres, a sus hermanos y a sus hijas.
Se deslomaba limpiando escaleras por las mañanas y pisos por las tardes. Y cuando llegaba a casa tenía que seguir quitando mierda ajena, cocinando para los demás y, cuando su suegro cayó enfermo, limpiándole el culo y las babas.

lunes, 21 de abril de 2014

Cien años de Soledad


Con la muerte de García Márquez he rescatado —yo también le pego al tsundoku— uno de los ejemplares que guardo de “Cien años de Soledad”.
Reconozco que me he rendido a la tecnología y me resulta mucho más cómodo leer en el iPad. Pero no puedo evitar acumular libros en papel. Tocar, pasar páginas, el “olor a resma y a tinta” como dice mi —ahora sí— amigo José Manuel, era algo que casi tenía olvidado y que he vuelto a sentir, a pesar de mis achaques de señora mayor.


Porque mi padre, como los padres de Katixa, tenía la buena costumbre de comprar libros, almacenarlos en estanterías y ¡leerlos! Y esos buenos ejemplos, como la hermosura, si que se pegan.
Y como perdí la cuenta de las veces que he leído LA NOVELA, la retomé. Y como todas la veces que lo he hecho me ha vuelto a sorprender el hielo, como al Aureliano niño, he visto llover flores, ascender al cielo, en cuerpo y alma, a Remedios la Bella y he recordado que mi María la Puñales miraba a través de las cosas y las personas como los diecisiete Aurelianos. Y que sus primeras palabras no fueron ni papá ni mamá, sino un “va a llover” que dejó petrificada a su madre, mientras pelaba patatas en una mañana de un mes de julio caluroso y sin nubes y que desató la tormenta más grande jamás vista, esa misma noche, en las chabolas de su barrio, inundando caminos y estancias.
Porque mi María es… ¿Se podría inventar un término que definiera a los personajes de García Márquez? Si fuese así, María la Puñales sería un personaje “macondiano”, desde el humilde respeto, reverencia y homenaje que me produce mi escritor de cabecera.
Gabriel José de la Concordia García Márquez




domingo, 2 de marzo de 2014

Sospechosos habituales

Enredando, tecleando, metiéndome donde sí me importa, descubro que hay GRUPOS en Facebook. Y yo, que me tiro en plancha virtual a todo lo que suene a club de lectura, escritura, megustaque... pues allí que voy.

Y resulta que hay grupos que son cerrados (¿?) y resulta que tienen reglas (¿?) y resulta que cuando alguna insensata, como yo, rompe esas reglas, le regañan (¿?¿?¿?¿?¿?). Y una, como ya no está para que le toquen el órgano sexual, cibernéticamente hablando, se va.

Me explico.

lunes, 17 de febrero de 2014

Escribir como terapia



Indagando y leyendo por ahí me he encontrado con una frase que me ha dado qué pensar : "Comencé esta novela por indicación de mi psicóloga, que me instaba a escribir lo que me pasaba". Bueno, no son palabras textuales, pero la idea es ésa.

Cuando la vida se te pone perra y no ves manera de soportar lo que se te viene encima, tienes, DEBES, buscar un auxiliosocorro, que ayude, si no a salir, por lo menos a sobrellevar estas pruebasquenosmandaelseñor, porque es que si no, acabas corriendo calle arriba pegando chillidos y pateando gatos. Y está muy mal visto. Más si eres o/y vives en un pueblo : que todo se sabe y si no, se inventa.

Hay quien va de compras, se tiñe el pelo o le da por apuntarse a Pilates.
Pero lo más efectivo, dónde va a parar, es escribir.

jueves, 6 de febrero de 2014

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE (Rosa Montero)


La exhibición del dolor siempre me ha parecido algo que raya con lo obsceno. Los funerales, los velatorios y los jolgorios fúnebres ante la muerte de un ser querido, siempre me han dado algo de vergüenza ajena.

Estoy leyendo “La ridícula idea de no volver a verte” de Rosa Montero. Y a la par, escribiendo mi segunda novela, secuela de la primera. Y digo secuela porque no es una segunda parte de… Es otra narración independiente de su hermana mayor –mayor por la edad- pero con algunos personajes, que se esbozaban en la primera y que, ahora nacen, crecen, se multiplican y… algunos mueren.

Elena moría al final. Pero tras varios principios accidentados y accidentales, decidí comenzar por el fin de la historia. Creo que ha quedado bien.

Y el principio es la muerte de Elena. No, no es una novela triste en sí misma. Tiene sus momentos, pero en general es bastante alegre. Elena es tan mal hablada como divertida. Y como escritora, es capaz de dar la vuelta a un hecho tan doloroso y hacer reír. Pero ese es el final y no voy a contarlo.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Escritores que autoeditan, como yo.


Fui una niña preguntona. Siempre quise saber el porqué de todo y con la edad no se me ha pasado. Al contrario.
Así que el día que puse internet en mi casa, descubrí que tenía acceso a muchísima información que antes tenía que buscar por otros canales, mucho más lentos y trabajosos. Estaba encantada.
He leído multitud de tutoriales, noticias, libros y opiniones para conseguir poner en marcha un blog, este blog, que comenzó siendo un desahogo ante las cabronadas de los bancos.
Comencé de la nada. No tenía ni idea. Pero aquí esta gracias a la "tecnología blogger", a páginas como "Mamaquieroserblogger" y a echarle ratitos que le quito a la plancha, el mocho y las ingles brasileñas.
Luego llegaron Las Yeserías. Y como yo soy así, decidí que un libro no es un libro hasta que no lo ves -tocas- en papel.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Me escriben cartas ...



El Banco de Sabadell me ha escrito esto :

Buenas tardes Ana: ¿Cómo está? Espero que el asunto bancario que comentaba en su Blog se haya resuelto favorablemente. No sé si habrá sido oportuno preguntarle por ello, pero en todo caso querría saber si hay algo que podamos hacer para que recupere la satisfacción en una entidad bancaria, en esta oficina aceptaríamos el objetivo
Reciba un cordial saludo

Y yo he contestado :

jueves, 23 de febrero de 2012

QUÉ ALEGRÍA... ESTAR...


Estaba viendo la gala de los Goya, cuando apareció Silvia Abascal y dijo lo de : "Qué alegría ... estar...".
Yo no sabía que había sufrido un ictus, del que se ha recuperado.

Me emocioné.  Pero no por ella, que está. Sino por quién ya hace mucho que nos dejó, siendo tan jóven, con tantas cosas que hacer, y marcando un antes y un después desde su marcha.

Morir joven es una putada. Y también lo es para el que se queda. Nunca se esta preparado para perder a un ser querido, pero cuando es de repente y en lo mejor de la vida parece que el mundo cambia de color. Todos los días son grises, todos los días hace frío. Ese frío que te invadió el día que te dieron la noticia, porque, sí, la sangre se congela en la venas, se queda ahí, helada. No puedes respirar, no puedes dormir, no quieres vivir ...